Apuntes Históricos sobre el uso de la gaita de odre en Nabarra







Muchos son los documentos y la iconografía que nos ha dejado la historia sobre el uso de la kornamusa en Navarra y resto de Euskal Herria entendida ésta como identidad cultural, pero ningún elemento, hasta donde sabemos,  “material” del instrumento o instrumentos en sí mismos, o de su repertorio específico, dentro de las actuales mugas de   Navarra. Si atendemos a la  historia del pueblo vascón, con anterioridad a sus divisiones, quizá podríamos adoptar parte de las actuales gaitas vecinas de ambas vertientes con cierta naturalidad, siempre desde el exquisito respecto a su identidad actual. La gaita aragonesa más propia en el pasado del Pirineo central y su corredor natural de Monegros, parece alejarse un poco de los valles aragoneses más occidentales más aficionados a chiflos, salterios y rondallas. En cuanto a la gaita Riojana podría se un buen referente natural sin que pueda aportar más datos al respecto. Hemos preferido apostar, sin prejuicios ante ninguna otra, por hacer una gaita de tipo medieval cortesano de influencia ultra-pirenaica atendiendo a influencias culturales que creemos con un valor más profundamente diferenciador.  Cuestión perfectamente discutible para quien quiera hacerlo.
Muy probablemente en Navarra, dependiendo de distintas  áreas geográficas y épocas, se tañeron diferentes tipos de kornamusas dada la influencia estratégica que Navarra tuvo en el medievo con el Camino de Santiago, Cortes ultrapirenaicas, fronteras del reino, cultura vascona común con lo que conforma O biello Aragón…….
Muy probablemente nuestra kornamusa como el resto de expresiones culturales  de todo pueblo , se vio sujeta desde su propio origen a influencias culturales de diversa índole donde el espacio y el tiempo no entendían de uniformidad ni exclusivismos . El hecho de que durante los siglos XI-XII, los diversos  reyes de Navarra rigieran también el Reino de Aragón o de Castilla, y el hecho de que la dinastía francesa rigiera largos años los destinos del reino de Navarra,  nos indica un intercambio musical intenso entre Navarra y los diversos países europeos, tal y como lo atestigua el detallado estudio al respecto de Monseñor Higinio Anglés en su obra “ Historia de la música medieval en Navarra”.  
Resulta una evidencia el uso del instrumento en Navarra por la propia importancia  de la kornamusa  en zonas originariamente vasconas a ambos lados del Pirineo así como por documentos que en Navarra así lo demuestran .

Navarra está rodeada de kornamusas: Musettes, chevrettes, bohasac- de lengüeta simple- gaita de boto aragonesa, sac de gemis, gaita Riojana, además de las más conocidas a lo largo del Camino de Santiago. Todas ellas pertenecientes a la gran familia de kornamusas del mundo en sus distintos subgrupos que ahora no procede enumerar, cada una con sus particularidades y su profundo orgullo de ser parte del sonido de un trozo de la/su tierra.
Entre las causas de su desaparición se pueden barajar  razones de todo tipo : Su prohibición por la Iglesia y la imposición política castellana en menoscabo del reino, la competencia y final suplantación por otras expresiones musicales más funcionales o evolucionadas, su desarraigo con los poderes dominantes, la propia complejidad de su factura, la independencia interpretativa que sugiere el instrumento y su menoscabo ante la polifonía de gaitas de embocadura directa, falta de academicismo propia de la tradición oral, ya en nuestro tiempo falta de identidad territorial propia….…Todo esto y algunas razones más debieron favorecer que la kornamusa en Navarra no viviera su vital renacimiento como sí lo ha hecho, aunque de forma desigual en el tiempo, en otras áreas. O como igualmente se ha dado en otros instrumentos que si han llegado a nuestros días bien adaptados y con el ánimo renovado.

Antecedentes.
Estudios de amplitud europea, señalan que el origen de esta familia de instrumentos está  en Asia Menor.
Hacia el año 400 A.C. en Grecia, Aristófanes cita en sus obras un antiguo tipo de kornamusa. Historiadores romanos hablan de un instrumento al que llamaban tibia utricularis y del que al parecer era un consumado intérprete el emperador Nerón.
En el ocaso del imperio Romano el instrumento cae en un absoluto olvido y parece que en la edad media despierta de ese letargo.
De los siglos XVI Y XVII se conservan numerosos grabados europeos de kornamusas de varias tipologías  tocando a solas o en otras formaciones musicales como flautas de una mano y tambor. Estas flautas evolucionadas obteniendo la posibilidad de interpretar la melodía con una sola mano dejando la otra para el acompañamiento rítmico comparten con la kornamusa el efecto sonoro de apoyo , rítmico y/o efecto bordón, que complementa la melodía sin necesidad de un segundo intérprete.
Centrándonos ya en Navarra vemos que en  su interrelación cultural ha sido un territorio diverso , donde han convivido diferentes manifestaciones culturales expresadas , por ejemplo ,  en sus lenguas ( Vasca , romance , gascona , occitana…) y en su música.
Navarra, como reyno independiente,  era  un referente para los músicos y poetas que se ganaban la vida  trayendo y llevando las modas de las cortes europeas.
G. Manso de Zúñiga dice al respecto que en Navarra, la kornamusa fue usada en la edad media, por su contacto con Francia (recordemos el linaje de nuestros Reyes). De hecho parece ser que se trata de un instrumento eminentemente cortesano que se populariza a partir del Siglo XIII.
Añade que en el pasado debió de ser un instrumento muy popular en toda Europa y sus sones fueron muy frecuentes en la Edad Media y en las cortes de los reinos españoles como en las de Juan I de Aragón y en la de Jaime III de Mallorca. Su presencia en la corte navarra está documentada, en el reinado de Carlos III el Noble (1392).
La iconografía de este instrumento en el arte navarro es significativa. Se le representa en la catedral de Pamplona, (siglo XIV), en una copia del Privilegio de la Unión de los Burgos de Pamplona, siglo XV, y en unas pinturas del Museo de Navarra que proceden de Olite, siglo XIV…. Músicos de kornamusa figuran igualmente en dos retablos de Santa María de Viana, (siglo XVII) en las escenas del Nacimiento de Cristo.
Pertenece al siglo IX el canto epitalámico más antiguo de los que se conocen hasta la fecha. Se trata de un canto compuesto en Pamplona para la celebración de la boda entre Fortún, rey de Navarra, y Leodegundia de Asturias. Consta de 29 estrofas de 3 versos cada una, con una melodía común para todas ellas; se citan, además, la cítara, la tibia y la lira como instrumentos de acompañamiento. No es posible actualmente leer la música del canto, pues está escrita en indescifrable notación mozárabe…...además, se tiene constancia del uso de otros instrumentos más habituales, como la viola, la cítara, la lira, el laúd, la pandereta, la gaita, el tambor... El órgano se instaló en la capilla real de Navarra recién estrenado el siglo XV.

Siguiendo con las publicaciones, encontramos la de Juan Antonio Urbeltz  titulada   “ Notas sobre el xirolarru en el Pais Vasco”  bastante más extensa, que además de aportar datos concretos, colocaba este instrumento en su entorno desde varias perspectivas.
J.A. Urbeltz , en su libro dantzak habla de la gaita de los pirineos centrales y de su posible utilización en el pasado en los valles orientales navarros por su  histórica y natural relación cultural . Se trata de la gaita aragonesa que en los últimos años ha vivido una feliz expansión y consolidación más allá del folklore tradicional. La transversabilidad de la cultura pirenaica, aunque rota por determinados episodios o intereses  históricos,  no debe hacernos olvidar nuestro común origen montañés por lo que procesos de recuperación como el de la gaita  aragonesa son para nosotros un ejemplo de perseverancia y buen hacer.  

En el año 1977 el grupo de música Ortzadar, editó su segundo disco de música popular. En él se recuperó y utilizó en varias canciones una kornamusa artesanal hecha en Iruña con pellejo de cabra y tudeles de boj. En el libreto del vinilo se documentó su utilización en nuestro país. Les pareció más correcto llamarle Xirularru. 

Mikel Aranburu, en su extraordinario libro “Niebla y cristal” -Una historia del txistu y de los txistularis- introduce alguna nota referente al instrumento que nos ocupa :
  • “En los penúltimos Sanfermines del Siglo XVIII el Ayuntamiento pamplonés satisface 341 reales de vellón a los juglares, 97 a salterios, gaitas, guitarras etc. y 150 a dulzainas ( Recuérdese que hacían distinción entre gaita-como kornamusa- y dulzainas)”
  • Así mismo en el bando del Ayuntamiento de Iruña de 1.753 también se habla de juglares-txistularis- y gaiteros, probablemente tañedores de kornamusa.

  • La administración municipal pamplonesa en el Siglo XVII , en su redacción de contrataciones musicales incluye en su epígrafes a gaiteros ( En epígrafe separado constan dulzaineros ).

Tomando como referencia la publicación “Fronteras y puentes culturales-Danza tradicional e identidad social-“ citaré algunos párrafos :

    • Si la gaita es el instrumento de más amplia difusión en la geografía del dance, no hay que perder la vista a su probable predecesor en  muchos casos : la cornamusa o gaita de odre que tuvo una difusión en todo Aragón sobre todo en Huesca y Zaragoza. El estudio del probable uso de la cornamusa en los dances navarros excede al objeto del presente trabajo por lo que me limito a apuntar la existencia de argumentos que apoyan tal tesis desde puntos de vista histórico-difusionista, etnomusical o iconográfico, como los realizados por Mª del Carmen González Novoa, José Antonio Quijera o Juan Antonio Urbeltz. (Mikel Aranburu).

    • El gaitero-sin acompañamiento- aparece en los textos de Pamplona como acompañante musical de los danzantes en multitud de ocasiones…..¿Pero qué instrumento toca?. A pesar de que no se conserven en Euskal Herria ejemplares de gaita de odre ( Sí en la iconografía y documentación y en la geografía limítrofe), tenemos en regiones lindantes ejemplos de ésta como acompañamiento para las danzas tradicionales hasta el siglo XX ( Habiendo sido sustituidas precisamente por la dulzaina). De modo que, al menos, en el caso de las danzas llegadas a Pamplona desde La Rioja, y acaso ribera del Ebro, acompañadas en el apartado musical del gaitero presumiblemente se tratase de tañedor de cornamusa a tenor de lo que señalamos…..Pero aunque cornamusa y dulzaina, instrumentos de doble lengüeta, permiten similar digitación, estructura cónica e incluso sonido parecido (y en efecto puede decirse que para su construcción e interpretación no sea completamente distinta su técnica, sino por el contrario el conocimiento de uno facilitaría la interpretación del segundo, pues la digitación es similar) , el punteo con que se tañe la cornamusa y marca más eficazmente los  tiempos musicales, permite, a diferencia de la dulzaina (Sin acompañamiento de tambor), ser instrumento acaso más útil para la danza…………Concientes de lo aventurado de cualquier hipótesis sobre aquello que no se ha vivido, así de la necesidad de construir éstas a partir de lo que los datos de que dispongamos nos indiquen, nos inclinamos a formular un posible relevo instrumental en la música para la danza (Como el descrito en La Rioja hasta el siglo XX), que pudiera haber sucedido a partir del siglo XVIII en la Navarra meridional, por el cual la cornamusa resultase desplazada por la dulzaina, más percusión, en el acompañamiento de las danzas llegadas a Iruña ( Dulzaina que pronto empezaría a tocar con brillantez en polifonía: dos dulzainas, e incluso tres, más tambor) de la que, de suceder como planteamos, sí pudo heredar el nombre de gaita. (Jesús Ramos)

    • El músico Gregorio Arrieta en los Sanfermines de 1.778 tocó dulzaina y gaita, es decir, tocó dos instrumentos diferenciados cada uno por su distinto nombre. (Reseña)

Una de las primeras notas que tenemos de Navarra , data de la  batalla de Roncesvalles. Su autor es Aymeric de Peyrat, abad de Moissac. Habla de las fiestas que con motivo de la victoria se celebraron:
Quidam  cabreta vasconizabant
Levis pedibus persaltantes
El P. Donostia lo traduce como:
“algunos, al son de la cabreta, vasconizaban saltando, danzando con pies ágiles”
En algunas zonas del estado Francés, llaman cabreta a la kornamusa, por el material empleado para construir el odre.
Encontramos en diversas publicaciones sobre estudios de archivos históricos de Navarra, entre los Siglos XIV y XVIII ,  no pocas referencias a la gaita y a gaiteros, incluso reflexiones sobre si se trababa de gaitas de odre y su uso en Navarra . No obstante no entro sobre el detalle de dicha bibliografía por considerar que ello  no aporta evidencias suficientemente significativas más allá de lo ya expuesto en cuanto al contenido exacto del término gaita.      
Volviendo a los textos medievales en Navarra , en los escritos en latín o romance navarro , encontramos varias veces el vocablo “tibia”, que desde los romanos se empleaba para la kornamusa, cuando se refería al mismo. El término podría corresponder igualmente a la flauta de tres agujeros, txistu, que también se recoge como tamborino,  ttunttun o términos más generales como juglar y más tarde dentro del concepto de músico más valorado dentro las cortes como ministril. 
Se sabe que en la corte de Carlos III de Navarra , había kornamuseros de oficio, que vestían de paño verde y llevaban el escudo grabado en los odres de las cornamusas.

En el estudio “La actividad musical en la Corte de Carlos III el Noble de Navarra, 1.387-1.425 ¿Mecenazgo o estrategia política? de María Narbona se recoge:

Según Anglés, durante el reinado de Carlos III pasaron por la corte Navarra unos 86 ministriles, sin contar los trompetas. La mayoría eran juglares de cuerda (arpa, laúd, viola de arco, cítola e incluso guitarra o rabel), pero también los había de órgano, chalamía, cornamusa, etc.

En la obra de referencia con título “Historia de la música medieval en Navarra” de Monseñor Higinio Anglés , se recogen varias citas referentes a la cornamusa  en Navarra:

Hablando de los ministriles y juglares en casa del Rey Noble –Carlos III- durante los años 1.387 -1-396 explica cómo dicho Rey envió a dos de sus más considerados ministriles a Alemania a por un ministril de cornamusa.  En la cita sobre pagos de la corte correspondiente al año 1.392 a día 04 de Noviembre podemos leer : “A testa de fero y Nicolás, su compañero juglar…por fazer sus expensas a ir a Alemayna por aver un compaynero juglar de cornamusa, por lo fazer venir al servicio del Rey” . Es de observar que ya en años anteriores, Juan I de Aragón, se preocupa siempre de tener muy buenos músicos de cornamusa y que los mejores, según él, eran los venidos de Alemania. Recordemos igualmente la estrechísima relación musical entre la corte Navarra y la corte de Aragón donde la música de cornamusa era esencial en protocolos y demostraciones artísticas.

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